sábado, 28 de diciembre de 2013

Kerma

Kerma es, junto con Egipto el estado africano más antiguo que se conoce. Se situaría al sur de Egipto, a  partir de la tercera catarata del río Nilo, en la Alta Nubia, donde se levantaría la capital homónima. Tenemos noticias suyas en documentos egipcios (el ruin Kush) y se han encontrado importantes restos arqueológicos, indicando así la existencia de un estado próspero en esa zona. Aunque que se puede rastrear la presencia humana en esa zona desde mucho antes, Kerma viviría su época de esplendor en torno a los siglos XVIII -XVI a.C., coincidiendo con el Segundo Periodo Intermedio de Egipto.  La debilidad egipcia será aprovechada por Kerma para extenderse por el norte, llegando a Asuán. Por el Sur y el Este también dejaría sentir su poder, absorbiendo poblaciones muy heterogéneas.  

El comercio y las actividades agrícolas serían los pilares principales de la economía de Kerma. Sus habitantes levantarían una gran ciudad  amurallada y serían muy influenciados culturalmente por los egipcios, como se puede ver en el uso del cobre para fabricar armas y otros objetos. Ejemplo de esos objetos son los que se han podido encontrar en el ajuar de las grandes tumbas de los gobernantes, donde también se encuentran enterrados parte de su séquito. 

Kerma, sin embargo, perecería, sometida a la presión del Imperio Nuevo Egipcio, (siglos XVI - XI a.C.) Las campañas del faraón Tutmosis I (1506 - 1494 a.C.) dieron la puntilla a Kerma, que a partir de ese momento quedó bajo dominio egipcio.

Bibliografía:

Este texto ha sido escrito tomando como base el libro de ILIFFE, John. África, historia de un continente. Cambridge University Press, 1998. Págs 44 - 45. 

jueves, 22 de agosto de 2013

Imperio Xi Xia


El imperio Xi Xia, Xia occidental,  o imperio Tangut fue un imperio situado en lo que hoy es el norte de la República Popular China, teniendo como centro la cuenca del Ordos, y  que existió desde el  1038 hasta el año 1227, y fue contemporáneo a otros dos grandes imperios, el Kitán, situado en el noreste de China, que fue destruido en 1125 por el pueblo de los yurchen, y el imperio Chino de la dinastía Song meridional, que ocupaba parte del centro y el sudeste de la actual China.

Como hemos dicho, el imperio Xi Xia se funda en 1038 el gobernante de los tangutos, Li Yuanhao, se independiza de manera formal del imperio Song, aunque ya antes los tangutos disfrutaban de una independencia de facto. En 1043 se firma un tratado entre ambas potencias, que lleva a un mutuo reconocimiento, el emperador tangut recibió el tratamiento de hijo por parte del emperador Song y se estableció también el pago de tributos por parte de este. En estos años los kitanes entraron en guerra contra los tangutos, pero el reino logró sobrevivir. Durante los años siguientes, Xi Xia mantuvo activas relaciones diplomáticas tanto con el imperio Song como con el Imperio Kitán (y tras la caída de este con el nuevo reino Jin de los yurches). Sin embargo el equilibrio se rompería cuando apareciera un nuevo actor en la zona, los mongoles, que, bajo el mando de Genghis Khan, atacaron Xi Xia y Jin. Xi Xia se convirtió así en un reino vasallo de los mongoles hasta 1224, cuando se alía con los yurchen contra los nuevos invasores. La guerra que siguió fue fatal para Xi Xia, que desapareció como reino en 1227. 


En cuanto a la sociedad, los tangutanos eran seminómadas. El comercio fue fundamental para ellos pues por su territorio pasaban las rutas comerciales hacia el centro de Asia, rutas que se conocen con el nombre genérico de Ruta de la Seda, Su religión principal era la budista y estaban muy influenciados culturalmente por el Tibet y China. Su lengua era el tangut, e idearon una compleja forma de escritura que sólo ha podido ser descifrada en parte.



Bibliografía:

- DOVAL, Gregorio. Breve historia de China milenaria. Madrid, 2011. 

- FRANKE, Herbert, TRAUZETTEL, Rolf. El imperio chino. Historia Universal siglo XXI, volumen 19. Madrid, 1973.

- MOTE, Frederick W. Imperial China, 900 - 1800. 1999.


(fotografía tomada de http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/ba/Song-Liao-Xixia-1111.png)

miércoles, 7 de agosto de 2013

Thomas Becket

Asesinato de Thomas Becket en una miniatura medieval

Son sobradamente conocidas las luchas y los conflictos que se dieron entre la Iglesia y el estado (con todos los matices que se quieran hacer sobre el uso de ese término en ese momento histórico) durante la Edad Media europea. El ejemplo más significativo es, quizá, el de las rencillas y conflictos entre el papado y el imperio, con episodios sonados como la querella de las investiduras. Pero en esta ocasión vamos a hablar de un caso, también muy conocido, que en su momento conmocionó a Europa. Nos estamos refiriendo al conflicto entre el rey de Inglaterra Enrique II (1133 - 1189)  y al arzobispo de Canterbury, Thomas Becket, conflicto que acabó con el asesinato de este último. 

Enrique II subió al trono en el año 1154. A pesar de su juventud, Enrique, desde el principio, fue un rey enérgico que luchó por restaurar la autoridad real en un país que había sufrido conflictos y desórdenes durante el reinado de su antecesor Esteban, y en el que la nobleza había conseguido mucho poder. En este contexto Enrique puso en marcha una serie de medidas para restaurar el poder real; destruyó castillos nobiliares, extendió los tribunales reales...(además, por su matrimonio con Leonor de Aquitania consiguió importantes feudos en Francia, extendiendo ampliamente los dominios territoriales de la monarquía).  En su labor contó con la ayuda de un joven, hijo de comerciantes,  muy capaz, Thomas Becket. Enrique lo nombró canciller del reino y en 1162 lo promovió al arzobispado de Canterbury.  Si embargo, desde su nueva posición Thomas  se convertiría en un ardiente defensor de los privilegios eclesiásticos frente al poder real. Enrique buscaba la sumisión de la iglesia ante la monarquía, y tomó medidas contra las prorrogativas y privilegios del clero. Por ejemplo, quería hacer que el clero estuviera sujeto a la jurisdicción real, algo sancionado en las Constituciones de Clarendon (1164). Eso supuso la ruptura definitiva de Enrique con Becket, que huyó a Francia, donde continuó mostrando una activa oposición al monarca. La reconciliación de ambos hombres tuvo lugar en 1170, gracias a la mediación del papa Alejandro III. Gracias a ello Thomas volvió a Inglaterra. Sin embargo esta reconciliación no duró. Ese mismo año tuvo lugar la coronación de Enrique, heredero de la corona, ceremonia que Enrique encargó al obispo de York. Esto fue una gran ofensa para Becket, que excomulgó al monarca. El 29 de diciembre Becket es asesinado por cuatro caballeros adictos al monarca (después de que este, supuestamente, hubiera gritado en su presencia ¿Es que nadie es capaz de librarme de este clérigo inoportuno?).

El asesinato de Thomas Becket levantó una gran conmoción en Europa. El arzobispo asesinado fue nombrado mártir de la fe por la Iglesia y su canonización se puso en marcha. Enrique II se lamentó y condenó públicamente el asesinato, y visitó como penitente la tumba de su antiguo colaborador. Por otra parte, abolió las Constituciones de Clarendon, fuente de la polémica, aunque posteriormente consiguió reforzar el poder real frente a la Iglesia. 

Bibliografía:
- LOYN, H.R (ed). Diccionario Akal de historia medieval. Madrid, 1998.
- VV.AA. Historia Universal SALVAT. Tomo 11: Baja Edad Media y Renacimiento. Barcelona, 2004.

(imágenes extraídas de http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/43/Thomas_Becket_Murder.JPG y http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/fa/King_Henry_II_from_NPG.jpg)

martes, 30 de julio de 2013

El Imperio Mogol (II)

El Imperio Mogol hacia el año 1700
Taj Mahal
Entre los sucesores de Akbar  podemos destacar a Shah Jahán (1628 – 1658), que construyó el famoso Taj Mahal como mausoleo de su esposa Mumtaz Mahal, fallecida a dar a luz a su decimoquinto hijo. Pero Shah Jahán acabaría siendo destronado y encarcelado por su hijo Aurangzeb (1658 – 1707), que además mandó degollar a sus hermanos, buscando así acabar con toda oposición a su poder . Con Aurangzeb triunfarían los sectores más intolerantes del Islam. Empezó desbaratando las reformas en materia de religión que inició su antecesor Akbar (restableciendo el pago de la jizya para los no musulmanes, poniendo trabas a los hindúes a la hora de practicar su religión e incluso destruyendo muchos templos suyos). Durante su reinado el Imperio Mogol alcanzó su máxima expansión, pero también se tuvo que enfrentar a importantes problemas, como sublevaciones en diversos puntos del Imperio, protagonizadas por numerosos sectores descontentos por su política religiosa o por la presión fiscal. Destaca sobre todo la guerra contra los marathas, que crearon un estado muy poderoso. La debilidad del ejército mogol frente a sus enemigos y los problemas económicos también contribuyeron a la decadencia del imperio.  Esta decadencia va a ser patente después de la muerte de Aurangzeb, que fue sucedido por una serie de emperadores débiles en un clima de agitación y desórdenes. Los mansabdars (funcionarios que ostentaban el mando militar) formaron facciones apoyando a los diversos pretendientes al trono.  En 1739 Delhi, la capital, fue saqueada por las tropas del sha de Persia, Nadir Shah, y volvería a sufrir nuevos saqueos, como en 1761 y 1788. En esos años la autoridad imperial quedó reducida a poco más que a Delhi, mientras que la India era dominada por nuevas potencias, como la Confederación Mahrata, y más tarde, por los británicos, a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales.  Estos acabaron haciéndose con el control de toda la India. El Imperio Mogol siguió existiendo de forma nominal hasta 1858, cuando, después de la rebelión de los cipayos, los británicos deponen al último emperador, Bahadur Shah II, poniendo punto y final al Imperio Mogol. 

Bibliografía:

-DELGADO DE CANTÚ, Gloria M. El mundo moderno y contemporáneo I. De la era moderna al siglo imperialista. Ciudad de México, 2005.

- ROBINSON, Francis. El islam. Revelación e historia. Barcelona, 2002.

sábado, 27 de julio de 2013

El Imperio Mogol (I)


El imperio Mogol fue el principal estado en la India durante la Edad Moderna. Pervivió durante cuatro siglos, entre el XVI y el XIX.  Para comprender su historia es fundamental tener en cuenta su carácter de imperio musulmán en una sociedad cuyos miembros practicaban mayoritariamente la religión hinduista. Fue fundado por Babur (1483 – 1530), descendiente de Gengis Khan y Tamerlán. Babur estableció un reino en lo que hoy es Afganistán, y entonces se fijó en la India, que por aquel entonces estaba dividida en numerosos reinos. En el norte destacaba el antiguo sultanato de Delhi, dominado por la dinastía afgana de los lodis y muy debilitado. Babur derrotó a los lodis en la batalla de Panipat en 1526 y a los príncipes rajputas del Rajastán fundando así su imperio, pero murió poco después en 1530. Le sucedió su hijo, Hamayún, pero este acabó siendo derrocado por un vasallo suyo, Sher Khan Sur, y tuvo que refugiarse en Persia. En 1555, sin embargo, Hamayún recuperó su poder.

Al año siguiente le sucedió Akbar, considerado el mejor emperador mogol. Expandió su imperio anexionando los pequeños estados que componían la India, llegando hasta el Deccán, el Beluchistán, Bengala y Cachemira. Pero también consolidó el imperio, creando una maquinaria gubernativa muy efectiva y poniendo en marcha un sistema de recaudación de impuestos que buscaba ser equitativo y justo (por ejemplo, eliminó la jizya, impuesto que tenían que pagar los no musulmanes, y reformó el impuesto sobre la tierra). Con esos impuestos se financiaba a toda la maquinaría imperial, muy costosa (pues  había que mantener a los numerosos funcionarios, así como al ejército, que llegó a alcanzar una gran dimensión, y a los grandes proyectos de construcción). En el plano religioso, el reinado de Akbar se caracteriza por la tolerancia, tomando  diversas medidas para evitar la discriminación de cualquier religión. Esto es muy importante pues, como se ha dicho, los gobernantes mogoles eran musulmanes, pero en su territorio la religión mayoritaria era la hinduista. Su carácter tolerante queda bien reflejado en las discusiones religiosas que presidía y en las que participaban musulmanes, hinduistas, judíos, zoroastrianos, jaimistas e incluso cristianos, representados por misioneros jesuitas. Akbar llegó a fundar un nuevo culto caracterizado por su eclecticismo, pero que no tuvo éxito. En definitiva, en 1605, cuando muere Akbar, el Imperio Mogol pasaba por una edad de oro.


Bibliografía:

- BENNASSAR M.B. et alli. Historia Moderna. Madrid, 2005.
- ROBINSON, Francis. El islam. Revelación e historia. Barcelona, 2002.