martes, 30 de julio de 2013

El Imperio Mogol (II)

El Imperio Mogol hacia el año 1700
Taj Mahal
Entre los sucesores de Akbar  podemos destacar a Shah Jahán (1628 – 1658), que construyó el famoso Taj Mahal como mausoleo de su esposa Mumtaz Mahal, fallecida a dar a luz a su decimoquinto hijo. Pero Shah Jahán acabaría siendo destronado y encarcelado por su hijo Aurangzeb (1658 – 1707), que además mandó degollar a sus hermanos, buscando así acabar con toda oposición a su poder . Con Aurangzeb triunfarían los sectores más intolerantes del Islam. Empezó desbaratando las reformas en materia de religión que inició su antecesor Akbar (restableciendo el pago de la jizya para los no musulmanes, poniendo trabas a los hindúes a la hora de practicar su religión e incluso destruyendo muchos templos suyos). Durante su reinado el Imperio Mogol alcanzó su máxima expansión, pero también se tuvo que enfrentar a importantes problemas, como sublevaciones en diversos puntos del Imperio, protagonizadas por numerosos sectores descontentos por su política religiosa o por la presión fiscal. Destaca sobre todo la guerra contra los marathas, que crearon un estado muy poderoso. La debilidad del ejército mogol frente a sus enemigos y los problemas económicos también contribuyeron a la decadencia del imperio.  Esta decadencia va a ser patente después de la muerte de Aurangzeb, que fue sucedido por una serie de emperadores débiles en un clima de agitación y desórdenes. Los mansabdars (funcionarios que ostentaban el mando militar) formaron facciones apoyando a los diversos pretendientes al trono.  En 1739 Delhi, la capital, fue saqueada por las tropas del sha de Persia, Nadir Shah, y volvería a sufrir nuevos saqueos, como en 1761 y 1788. En esos años la autoridad imperial quedó reducida a poco más que a Delhi, mientras que la India era dominada por nuevas potencias, como la Confederación Mahrata, y más tarde, por los británicos, a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales.  Estos acabaron haciéndose con el control de toda la India. El Imperio Mogol siguió existiendo de forma nominal hasta 1858, cuando, después de la rebelión de los cipayos, los británicos deponen al último emperador, Bahadur Shah II, poniendo punto y final al Imperio Mogol. 

Bibliografía:

-DELGADO DE CANTÚ, Gloria M. El mundo moderno y contemporáneo I. De la era moderna al siglo imperialista. Ciudad de México, 2005.

- ROBINSON, Francis. El islam. Revelación e historia. Barcelona, 2002.

sábado, 27 de julio de 2013

El Imperio Mogol (I)


El imperio Mogol fue el principal estado en la India durante la Edad Moderna. Pervivió durante cuatro siglos, entre el XVI y el XIX.  Para comprender su historia es fundamental tener en cuenta su carácter de imperio musulmán en una sociedad cuyos miembros practicaban mayoritariamente la religión hinduista. Fue fundado por Babur (1483 – 1530), descendiente de Gengis Khan y Tamerlán. Babur estableció un reino en lo que hoy es Afganistán, y entonces se fijó en la India, que por aquel entonces estaba dividida en numerosos reinos. En el norte destacaba el antiguo sultanato de Delhi, dominado por la dinastía afgana de los lodis y muy debilitado. Babur derrotó a los lodis en la batalla de Panipat en 1526 y a los príncipes rajputas del Rajastán fundando así su imperio, pero murió poco después en 1530. Le sucedió su hijo, Hamayún, pero este acabó siendo derrocado por un vasallo suyo, Sher Khan Sur, y tuvo que refugiarse en Persia. En 1555, sin embargo, Hamayún recuperó su poder.

Al año siguiente le sucedió Akbar, considerado el mejor emperador mogol. Expandió su imperio anexionando los pequeños estados que componían la India, llegando hasta el Deccán, el Beluchistán, Bengala y Cachemira. Pero también consolidó el imperio, creando una maquinaria gubernativa muy efectiva y poniendo en marcha un sistema de recaudación de impuestos que buscaba ser equitativo y justo (por ejemplo, eliminó la jizya, impuesto que tenían que pagar los no musulmanes, y reformó el impuesto sobre la tierra). Con esos impuestos se financiaba a toda la maquinaría imperial, muy costosa (pues  había que mantener a los numerosos funcionarios, así como al ejército, que llegó a alcanzar una gran dimensión, y a los grandes proyectos de construcción). En el plano religioso, el reinado de Akbar se caracteriza por la tolerancia, tomando  diversas medidas para evitar la discriminación de cualquier religión. Esto es muy importante pues, como se ha dicho, los gobernantes mogoles eran musulmanes, pero en su territorio la religión mayoritaria era la hinduista. Su carácter tolerante queda bien reflejado en las discusiones religiosas que presidía y en las que participaban musulmanes, hinduistas, judíos, zoroastrianos, jaimistas e incluso cristianos, representados por misioneros jesuitas. Akbar llegó a fundar un nuevo culto caracterizado por su eclecticismo, pero que no tuvo éxito. En definitiva, en 1605, cuando muere Akbar, el Imperio Mogol pasaba por una edad de oro.


Bibliografía:

- BENNASSAR M.B. et alli. Historia Moderna. Madrid, 2005.
- ROBINSON, Francis. El islam. Revelación e historia. Barcelona, 2002.